29 marzo 2015

Villa Milla

Tengo un cerezo, aunque por sí solo se tiene, y está en flor, exuberante de día y también de madrugada, justo enfrente de la entrada, cuidado con mesura para que madure bien este verano y cogerle las cerezas a dos manos sin mirar a ningún lado por si a alguien le molesta que lo pruebe. Venía con el pack, no lo tengo, me tiene...

Tengo un gato que se pierde por la noche y al amanecer está en la puerta, bostezando, hambriento, haciendo estiramientos, es el único momento en el que me habla, me enternece, después del almuerzo se revuelca por el suelo antes de otra siesta encima de la moto o encima de donde le apetece, aparece y desaparece, es mago...

Tengo un ratón en la mano, el ratón y el teclado, los de siempre, no me dicen nada nuevo pero me ayudan a pensarlo, un ratón con rabo largo y electrificado, el gato no le haría ni caso, elige pelearse ahí afuera a cuenta de la primavera, así que tengo compañía en mi entorno de seres solitarios además de un sentimiento por ahí, envenenado...