25 agosto 2008

décadas

Después de cinco décadas me doy cuenta que diez años, antes, duraban más. Mientras tanto escucho música, encajo entre si las nubes que no se dejan contar, me balanceo en la hamaca, cierro los ojos, dejo pasar unos minutos antes de abrirlos de nuevo y ver colores que no existen, hay demasiados matices extraños mientras no corre ni una pizca de aire en la terraza. Es todo muy raro, me encanta el tono que tiene el ambiente.
No recuerdo haberme sentido tan bien por no hacer absolutamente nada, pero eso no importa, después de cinco décadas me doy cuenta que diez años, antes, duraban más.