24 mayo 2015

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03 mayo 2015

Otra vez?

Ahora subo por la escalera, ella va delante hincando los tacones en cada peldaño de madera,
sus nalgas se perfilan a la altura de mis morros y continuo más que loco perdiendo la cabeza.
No soy yo el que piensa ya por mí, soy el yo del intestino, el del tacto y el olfato a veces fino,
el del placer de la carne, o el del infierno, para encontrarme con el yo seguramente enfermo.
Primero, termino cogiendo al mar por las caderas y termino lo primero descontrolando el contoneo...
El resto es la ansiedad de abarcarlo todo en una vez, y es porque siempre es la última vez.