Cielos!

A la vuelta de uno de mis trayectos a dejar bártulos de la mudanza por ahí, me quedé flipao con el cielo y casi me llevo a estos por delante pasando por cualquier lao.

Creo que venían del "Atomiko" de intentar pillar un bolo.

Me les encontré de nuevo después, pasando por donde es debido y camino del Chico a tomarse unas cañas, iban desanimaos y descolocaos, creo que el Manolillo les dijo que no podían tocar porque en su garito sólo toca gente de afuera.

…vaya cielos que hay en este pueblo, parece un montaje.

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Expo-Marchita

...me marcho! Llevo estos últimos catorce años haciendo mudanzas ajenas. Esta vez soy yo quién dejo mi cuartel general, una casa muy querida. Las nostalgias anclan a cualquiera y yo lo soy bastante (nostálgico). Pero estoy dejando de lo más agradable el nuevo lugar, tanto como para que no me duela demasiado donde pasé los diez últimos años. Cuanta locura. Pude elegir y tengo tanta luz como la que dejo, sigo en la parte más alta, en el cielo, así llaman a los áticos en algunos sitios. Pero este es más pequeño y no cabe ni un cuadro y tampoco hay sitio donde pintarlos.

Intento deshacerme de cosas, procuro salvar lo más posible dentro de lo menos posible, o lo menos posible dentro de lo posible y hago huecos donde no existen para “inmortalizar” naturalezas totalmente ...marchitas, entre recuerdos y sueños no me cabe nada más en ningún lado.

El día que pueda liberarme de todo será una gran experiencia, sobre todo de lo más minúsculo, ese día seguramente aparezca alguien pidiéndome un vinculo con el pasado y sólo le daré mi dirección de blog, esto también pesa, o de lo contrario que me arranque la cabeza y mire por mis ojos.

Es un decir.

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Sopapo de olor

Entro en casa y huele exactamente así...

Es todo un placer ir a la frutería silvestre y coger fruta sin pesarla, directamente de su rama, fruta de verdad, del campo, huele.

...por cierto, voy a comerme ahora mismo la pera de ahí arriba!

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Arroz con crisantemos.

A la puerta de la iglesia, de algún entierro había caído un crisantemo al suelo. Él, era algo tímido, pero después de agacharse a recogerlo se atrevió a ofrecerlo, ella lo aceptó, y en unos meses celebraron la boda en aquella misma iglesia donde él le dio la flor. Puñados de arroz volaron sobre sus cabezas en un acto de originalidad emprendido por familiares y amigos. La plaza quedó solitaria minutos después, todos desaparecieron entre risas y alegría en busca del menú, dejando detrás una estela blanca sin haberla dado cocción previa y sin ningún otro condimento.
A la puerta de la iglesia, de alguna boda puñados de arroz había en el suelo. Agustín vivía al lado, llevaba toda la vida ahorrando y por fin pudo hacer su sueño realidad, comprarse aquella flamante moto, así pues, decidió hacer un largo viaje justo al pasar por delante de la iglesia donde acababa de celebrarse el evento.
A la puerta de la iglesia, en el entierro de Agustín, en lugar de arroz ahora había alguna flor en el suelo, era un sitio agradable si no estaba aparcado a la puerta ningún coche de muertos, las parejas al pasar, a veces cogían algún crisantemo…
...el arroz lo recogían demasiado tarde los barrenderos que enviaba el excelentísimo ayuntamiento.
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Sutil el cuento

Me quedan restos del pasado, muchos, pero básicamente soy feliz, mi problema es tanto ego y esta sensación continua de envejecer a cada milésima de segundo. Como dice mi amigo Vladimir, “los niños no dejan de crecer y los viejos también”, los maduritos somos conscientes de que esto se acaba y de adolescente no piensas en algo tan “atroz”.

Adoro la vida, creo que jamás me suicidaría, lo diría, lo dije, y en tal caso espero poder seguir diciéndolo, pero jamás lo haría …conscientemente, ni por ningún amor, cosa que parece provocar tales deseos con toda esa pasión que suscita, prefiero sufrirlo.

Esta gran oportunidad de respirar, que cada vez se hace más patente como única, me hace sentir seguro de vez en cuando, y al mismo tiempo no me importaría dejar de hacerlo, la necesidad es sólo física, mi mente no respira, es pura energía. En algún lado acabará.

Después de todo conseguí mis sueños de niño, ser un “Beatle”, (para mis amigos, naturalmente, bueno, quizá tenga más pinta de “Rolling Stone” pero tampoco me importa), sobrevivir, dejarme crecer el pelo, valerme por mi mismo, hacer lo que me da la gana, dejar alguna consecuencia de mi en mis hijos, rasguear una guitarra, componer canciones, cantarlas, conocer a chicas fantásticas, tener un curro, lo odio (hay que sentir de todo, todavía soy humano), pero cada momento es único, nada es gratis, todo cuesta un pequeño e inconsciente esfuerzo, todo es un ying y un yang, perfectamente compensado.

Con lo cual y sin saber por qué (ya que no noto hacer nada para que sucedan las cosas), me despedí sin un beso, si se lo hubiera dado (en las mejillas, como es la costumbre), no hubiera sido tampoco un beso normal, así que me fui sin decir nada más que, -adiós, nos vemos!-

Me ruborizo en mi soledad cósmica. Creo que según las leyes del universo este, ahora me ha tocado vivir una de mis partes positivas. Volveré a tomarme una cerveza, irme con una sonrisa en la boca y ganas de escribirlo. -

Encantatorrrff!!!

Me desenvuelvo en el campo, no sé si podría sobrevivir, pero al menos me echaría amigos que me dirían como. En lo que va de verano ya hice unos cuantos, a “La Duquesa” también la cuento, esa salamanquesa que me visitó en casa, al resto fui yo a la suya. De algunos saqué fotos, incluso algún vídeo, de otros no tuve oportunidad, aquí tengo unas muestras del asunto. Esta rana, que dijo llamarse, "Rana", al principio se resistió hasta que utilice mi dedo corazón, ...este, y se quedó aletargada, sin ganas de marcharse, rápido cogió confianza y prefería tomar el sol en el empeine del pie o en la palma de la mano que en las calientes piedras del río. Croó en un par de ocasiones y después de presentamos nos dejamos ir.

El otro día conocí a todo un lagarto, azul y verde, dijo llamarse "Blugrín", pero no se dejó coger, me chuleó todo lo que quiso y no pude ponerle ninguna trampa, estuvimos jugando al escondite en el tronco de un árbol caído en el charco. Reconozco que me faltó cierta agilidad. Al final fue más sencillo capturar a una prima suya, una lagartija común, pero con mucho estilo, dijo llamarse “Fina”, se marchó rápido. Y esta es "Trim", una de las tres culebras que llegué a coger una tarde de junio mientras observaban a las truchas saltando en uno de los desniveles del río, por cierto, llegué a “cazar” una (trucha) de las que saltó, como si yo fuera un oso esperando un salmón, pude atraparla mientras volaba, la solté rápido, no dejaba de menearse y parecía necesitar agua. Yo ya había comido ...salmón.

Quién vino a mí por sorpresa una tarde, fue una libélula azul bestia, es que no sé que calificativo poner a un color tan intenso y…bestia. Se posó en mi calva nada más salir del agua, parecía estar esperándome, pero cuando fui a hacerle la foto no lo permitió, se alejó sin decir nada, ni pío. Supongo que alguno de estos bichos, tendrán quizá un recuerdo de este otro bicho, de la experiencia de haber estado expuestos a cualquier cosa, y más teniendo dos corazones, uno en cada mano. Por último, están las chicas del pueblo, otra clase de "bicho", además suelen ser guapas y estar estupendas, pero no sé qué técnica utilizar para su caza, de momento sigo utilizando la de ser yo la presa.

En mi linea.

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Doble dosis

Me eché una siesta, me desperté a las ocho y cuarto, -llego tarde otra vez, joder!-. Pues me levante a toda ostia como cada mañana, me tomé la pastillita, y sin lavarme siquiera la cara y por supuesto ni desayunar, me fui rápido a trabajar...la temperatura no era del amanecer, pero la luz si, incluso me metí en el curro, me impresionó desde luego haber visto a gente por la calle paseando de lo más normal, pero mi reloj, analógico, daba la hora que daba. Entré, quité la alarma, di las luces e intenté abrir la caja fuerte ...daba un código extraño. Ahí es donde me di cuenta realmente que eran ya las 8:20, de la tarde. Necesito jubilarme por favor, qué obsesión, encima hoy me he metido doble dosis de Prozac. .

la luna se mueve!

Tengo un amigo al que le dejaron un buen telescopio para ver mejor la luna, y la tenía tan cerca que no le daba tiempo a verla de lo rápido que va.

(A lo mejor alguien no se lo cree).

cosas de santos y de cantos

De crío, cuando venía a este pueblo de vacaciones, me contaron una historia referente al santo en cuestión, que, estando apoyado en esta piedra dejó la huella de su mano al sentarse a descansar, o al levantarse quizá. No se aprecia bien en la foto, pero yo he puesto los dedos en el mismo lugar y doy fe de que hay cinco hoyitos. Bien, por el lugar donde estas muescas se encuentran, la posición, profundidad y demás, estudios científicos han demostrado que el santo no se apoyó para descansar, realmente tuvo que realizar un gran esfuerzo para que la piedra cediera...estaba cagando.

Un gato más

No me llevo muy bien con estos bichos, los gatos, pero reconozco que cautiven. Cuando me cruzo con uno negro no puedo evitar grabarle, supongo que desde que tuve la oportunidad de colaborar en una historia interminable sobre ellos, un gato negro en particular, y prefiero estar preparado por si tiene fin... Ya sé, que pocas posturas nuevas serían difíciles de imaginar en los felinos, que el asunto es ya poco original, es habitual que sorprendan, pero soy débil ante la sinuosidad y los gatos lo son continuamente, aunque no me lleve bien con ellos, descubrirles en sus silenciosos pateos me anima a "estudiarles", aprender. Mientras tenía en mi objetivo al minino, me sentí de repente japonés haciendo fotos a las murallas, ...estas, por culpa de un comentario estúpido de alguien que pasaba por ahí en tan íntimo momento, quién se mofó a su manera, alguien que sabe que a los gatos ya no se les hace fotos. Últimamente suelo ser muy yo, lo intento, no taparme en exceso por mis acostumbrados miedos, incluso me presento yo solito, es difícil, siempre termino metiendo la pata hasta adentro... Ayer tuve la oportunidad de saludar y reírme, sin esconderme en lo posible, ver las mismas fotos pero de carne y hueso, palpables con quién respondió, sin pensar en lo original del contacto, no es tan fácil, tampoco con los gatos, ahora somos mayormente fotografía, nada rompedor. Esta mañana seguían ahí los gatos, tan poco originales como la muerte que no deja de sorprender.

Do it!

Uno sale de casa sin saber si hay mundo ahí afuera, aun estando en fiestas, jaleo a la vuelta de la esquina, todo el personal por ahí y yo sin enterarme.

París es lo que tiene.

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