Las sensaciones en las yemas
de los dedos, sobre todo al escribir, el tiempo, ese eterno…y todos los colores
y los deseos y los sueños, ilusiones, todo eso, en la mente que no se permite un letargo, largo, y todo ahí aprisionado.
Hace un rato salí a caminar, me encontré con la luna en esa misma posición, no es que sea un lunático, que sí, pero no había nada más apasionante qué mirar en tan corta caminata. Estaba como la punta...la puntita de una lengua, con nubes cercanas a modo de narices y barbas, resplandeciente. En unos días, tremenda.
Paso
tanto tiempo al ordenador, editando fotos, videos, música y su puta madre, que
tengo una imagen totalmente virtual de la realidad. Cuando me veo en el espejo parece que puedo borrarme …así, con el índice.