09 enero 2008

Divina muerte

En sueños ajenos he aparecido, vulnerable sin saberlo, y mientras acompañaba a espíritus extraños surgía de mí mismo personaje, otro igual deseado en la consciencia, esta que se respira. Jugando con la muerte en su estado más caliente he sentido el reflejo de mis raros e irrecordables sueños, con velas alrededor y el talco palideciendo latidos vitales, experimenté sin dolor algo del más allá que por enigmático es atractivo. La vida es eterna mientras siga con vida y los sueños ansiedad por inalcanzables, así hago de un recuerdo un sueño y no sabría si estuve con la divina muerte o esta es la que sigue soñando conmigo.

1 comentario:

Elena dijo...

escalofriante... y sublime