02 marzo 2010

Un trato sin contrato.

Inmerso en sueños, en un mundo de letargo absoluto, dónde no parece pasar nada cuando no soy capaz de recordarlos, aquí desaparezco, nada es nada doloroso, tanto como placentero.
Este cuerpo que parece no tener vida sino es la que pone eso que llamamos “alma”, decide por si mismo irse a dormir por fin, sin contar casi conmigo.
Tengo un trato con una queridísima amiga, la cual hace sonar mi teléfono cada mañana para no llegar tarde al trabajo, el mismo trato para ambos, pero rara es la vez que la despierto yo. El trato sigue siendo el trato, y menos mal que la amistad también.
Hoy sonó el móvil a las siete y cuarto,…como cada día, y oí por fin y a la primera, hasta las ocho me daba tiempo incluso a ducharme, cosa que se me hace imposible a esas horas, abrí los ojos torpemente, la luz era muy tenue aún. Ya consciente, sólo debía colgar y devolverle la llamada para que supiera que estaba preparado para irme a currar. Miré la pantalla y ponía; –“número privado”,…¡no era ella!– , entonces, contesté perplejo, aunque agradecido. ”_ ¡diga! _ ¿don Fulanito de Tal? _ ¡sí! _ ¡buenas tardes!, le llamo de…

.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y de donde te llamaban??

Anónimo dijo...

Osea, no es q te daban un susto los de lasgae, solo que era por la tarde. Vaya desmadre llevas! demasiadas emociones para un solo cuerpo. Muac

gsmithsolo dijo...

...muac!