15 julio 2018

mi playa


...tengo de frente esta pantalla que refleja mi rostro y justo detrás de ella todo lo que quería decir, verdes, azules, ocres, un silencio que cualquier cosa lo podría romper, el sol ya ha abierto por mi lado izquierdo, la luz es de las que más me gustan del día. Ya me tomé el café frío y el cigarro que no apuré anoche cuando caí rendido.

La gata reclamando mis caricias, no siempre accedo, también es el primer felino que viene cuando le llamo, nos molestamos, nos necesitamos, nos llenamos, de pelos yo y de lágrimas ella, a la espera de que algo suceda, de que el verde sea rojo, el azul naranja y el ocre violeta o sencillamente gris todo, blanco y negro.

Sigue corriendo viento fresco aunque ya ha entrando la mañana, sigo corriendo riesgos, forzando la maquina, podría estar en el mar, podría estar sin dejarme tragar, sin aumentar su nivel con lágrimas, entender la brisa, quitarle al cerebro adiciones porque todo es un drama.

Recorro el perímetro del estanque rozando mis pies en el cemento. El agua está muy azul, así estancada, no hay oleaje, no quiero ir al pueblo, mi manicomio es perfecto para hacer de ese caminar sin rumbo en la arena, en dar mil vueltas cuadradas y después colgarme, estirar los músculos, desencajar los huesos, el silencio ya lo rompió en ocasiones el viento, ahora acaba de hacerlo una chicharra.

Necesitaba escribir mirando a lo lejos en lugar de hacerlo desde mi ataúd, pero da igual el lugar...

No hay comentarios: