Tengo la costumbre de arreglar todo lo que rompo, cuando
termino de encajar el puzle, adquiere otra personalidad más interesante, después
tengo más cuidado para evitar el esfuerzo de volver a encajar cada pieza, como un cirujano con las vísceras, algo así, doctor Smith pone en mi puerta.
Todas las cicatrices, las grietas y cachitos que se perdieron en el golpe, hacen del remiendo algo exclusivo.
Los destrozos por accidentes parecen
salvables, los destrozos por dejadez se le quitan a uno las ganas de pegarlos.
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