16 abril 2022

tacones cercanos

Un buen taconeo por la calle vacía, ellas dos van delante escuchando mi claqueteo, solitas del brazo, atrás mi sintonía constante con un ritmo perfecto, seguro en cada pisada, justo la de mi coraza de hierro, que retumba en la calle, que se me oiga a propósito, mi pisada la de golpe al clavo, clak! clak! clak! clak! clak! la que quizá de algo de miedo, sin tacones de aguja sólo de centímetro y medio, en esa calle vacía con tres en la noche y luna llena por cierto, por donde vuelvo tan decepcionado sin dar ni un mal paso sin eses ni contratiempos, con el poder de su miedo, ambas van juntas y yo solito a cinco o seis metros con mi paso fuerte pero sincero, con el idioma del ritmo constante y seguro en el intento de comunicarme por morse, en el último instante antes del desvío de calles, que yo no era el malo, que cada uno tiene sus miedos.

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