04 abril 2012

me apetece llover

El cielo no estaba sólo gris, o lacrimoso, ahora está realmente llorando, lo que necesitaba la tierra, que cuando está demasiado seca precisa mojarse, para que todo brote mejor, con plantas de calidad, mientras se renueva el aire y da un brillo importante al color. Agua viajando desde lo alto, una gota y otra más hasta crear un chaparrón, todas en bandada, en caída libre desde un abismo, deshaciéndose en otras diminutas cuando chocan con las piedras, con la tierra, con los zapatos. Unas caen dulces y otras saladas, todas desde lo alto sin motivo aparente, únicamente necesitan caer, soltarse, luego habrá algún hueco que permita la evaporación, un rayo de sol o de energía en la mente, que procure otras gotas en infinidad de ocasiones que confirmen el paso del tiempo para que todo siga en la tierra de la misma forma que siempre, con seres humanos, con animales, con plantas exóticas, con frutos salvajes, con brisas y escarchas,...con sentimientos incomprensibles llenos de sentido. Después uno termina harto del agua si es que no para, también se termina harto de su falta, y por eso hay de todo, paraguas, pañuelos, sombrillas, tranquilizantes, todo parece estar acorde siempre con lo que pasa.
Nada es tan triste como para no soportarlo, ni tan alegre como para que no pare, solo hay confusiones, cosas que no se comprenden, y no hay nada que no esté en las manos de cualquiera, para aceptar que nunca llueve a gusto de nadie.



No hay comentarios: