Let us the party in peace!
30 junio 2015
29 junio 2015
Porque sí.
Los que sufrimos porque sí,
valoramos las pequeñas alegrías que a veces da la vida,
que a la vez conllevan un sufrimiento porque sí.
valoramos las pequeñas alegrías que a veces da la vida,
que a la vez conllevan un sufrimiento porque sí.
22 junio 2015
20 junio 2015
4:28
No hace falta música, me digo antes de encender el equipo,
debo ahorrar energía y el silencio es algo a lo que estoy acostumbrado cuando
quiero pensar detenidamente todo lo que pienso por pensar, sin interrupciones
anímicas a causa de sensaciones acústicas que siempre me desvían, creo que
quiero ponerme a trabajar y cualquier cosa que no sea una luz tenue y un
silencio absoluto, sería un impedimento para intentarlo.
Ya es tarde, o no, dependiendo de cuál sea la hora adecuada
para escribir y quizá sea esta, después de todo siempre estoy cansado, es algo
que voy a tener que soportar para el resto, así que habrá que acostumbrarse a
ese peso que antes no me preocupaba. Creí que con tumbarme un rato sería suficiente,
pero uno, ya, siempre está cansado y si pienso en descansar no puedo escribir de
lo que me apetece saltar.
Tampoco podría hacerlo si fuera dueño de mis deseos, mis
deseos tienen otra prioridad, así pues no me queda más que adaptarme a lo que
tengo, conformarme y poner la energía en un sucedáneo de tal gusto, descargar
el amor y los besos exclusivamente en mí, compartir únicamente conmigo lo que
podría llegar a dar, dar a entender con
libertad el orden de algunos deseos o el desorden que conlleva toda esta
realidad.
Esto que ahora cambiaría por lo que pienso que es lo que
quiero, es lo que deseo cuando lo que quiero se pone a la cola para volver a hacerse
desear. Tengo todas las estrellas ahí afuera, el último cigarro me lo voy a fumar
con ellas, sea la hora que sea. Hace un tiempo cojonudo y mañana es la noche
más corta, dejaría que se parara el tiempo con esta brisa caliente y dejara para
siempre todos los deseos más o menos pendientes.
13 junio 2015
05 junio 2015
Problemas con la mente
Como pisadas de gato, así se iban estrellando las gotas de
una leve tormenta en el cristal y entonces pensé en la ecuación matemática que
hacía dejar la sugerente forma, el volumen, el peso, la velocidad, la cabeza,
los tornillos, las tuercas. No sé si una mente enferma es la que se cree sus
paranoias o la que tiene un agudo dolor de cabeza.
Lleva toda la vida lloviendo y habrán caído tantas gotas con
formas extrañas, que como un cuadro abstracto cada cual interpreta a su manera,
pero nunca pasa nada hasta que piensas que salpican cuchillos ensangrentando los
tornillos, las tuercas y el resto de la cabeza, seguramente sean paranoias o
quizá otra molesta y desagradable jaqueca.
Sea lo que sea no hay mal que cien años dure, con tres es suficiente.
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