30 agosto 2016

La tortura de la piel

Aunque me ponga a pensar y corra el agua, aunque la armonía del momento, del lugar, pudiera calmar al más alterado, aunque parezca tranquilo y relajado, aquí sentado, me revuelvo en mis entrañas sin saber cómo empezar, cómo afrontar esta corriente que abunda y se me escapa, mantener el futuro y el pasado en el presente, impotente, casi ausente, aunque me arriesgue y yo me arriesgo, no consigo despegar, pero hay más piel bajo la piel.


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