Tengo fruta
madura sin haber regado, mientras miraba para otro lado las uvas engordaban
aparentemente por sí solas, unos cuantos racimos cuelgan ahora de la valla que
me separa de cualquier parte y si lo pienso me apago, por no haberlas cuidado,
aunque el amor estaba latente mientras veía ese enrejado tan verde y no sé si
por estar encima, ahora en lugar de uvas tendría algún que otro melón.
Entró el
otoño, lucho contra la depresión, me la da muchas veces el ambiente, sobre todo
las tardes en las que parece estar el sol más alejado y ya mañana, por ser
otoño y rimar, visitaré un madroño, cercano, por si dio algún fruto también, mientras lo atrapen
mis manos quizá piense otras cosas que no duelan o no hagan daño, como cualquier mal rollo o
que acabe el año, o si dejé algo sin regar, algo sin decir o algo sin llorar.
2 comentarios:
Hola, pasaba por aquí, dale recuerdos a Martina.
...me quedé dormido, la familia de Martina da sus frutos y Martina los dará en la próxima temporada:)
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