06 junio 2007

a n s i e d a d

Echo de menos, todo lo echo de menos. Echo de menos no trabajar en lo que no me gusta y cuando no trabajo echo de menos estar ocupado en lo que me apasiona. Cuando lo estoy echo de menos motivación suficiente para no dejar de estarlo. Si estoy satisfecho echo de menos a alguien para compartirlo. Si logro compartirlo echo de menos independencia para seguir trabajando. Si la tengo echo de menos un halago que se convierta en un nuevo motivo para seguir activo. Un ciclo que se repite continuamente. Cuando esté enfermo echaré de menos estar como estoy ahora que no me entero de lo que tengo. No se necesita echar nada de menos, sólo pasar conscientemente a la acción, porque echar de menos es tener envidia de uno mismo. Echo de menos cosas que no necesito, cosas que mi mente considera vitales sólo por costumbre. Tranquilidad es lo que no echo de menos, demasiada tranquilidad es lo que tengo. Algunos lo echarían de menos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Gerardo .. Qué curiosa es la ansiedad eh?? yo llevo toda la vida luchando contra ella; siempre pensé que la ansiedad era un problema muy femenino, ya veo que no tanto ... un beso.