Ha nacido quizás el herrero que me saque el clavo del pie donde estoy clavado, pero parece traer escondido un gran tornillo de buen acero y con tuerca enorme, y donde aquí una vez me clavaron, puede que ahora me atornillen en otro lado.Siempre me ha quedado todo demasiado lejos y grande, tanto como tan cerca y pequeño, depende de lo que se tenga por distancia y volumen, y yo, tan adicto al miedo, no sé cuanto miden los caminos desde aquí hasta cual cosa.
Piso sin ser muy consciente de donde, y luego, además de más o menos sucio y arrugado, es también más o menos conocido y controlado.
Deshacerse de lastres pero sin tomar otros nuevos e igual de pesados.
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