No me dio tiempo a seguir investigando y perderme más en otras praderas profundas, aunque me acompañaran estos monstruos arbóreos con apariencia protectora, la tormenta que parecía estar lejana se me echó encima. Aún hice algunas fotos al entorno mientras los truenos se acercaban, rugían de tal forma que la carne se me puso de gallinota cobarde y no me paré a intentar hacer ninguna foto de las descargas tan acojonantes que partían en pedazos al cielo y posiblemente a mí también si no me largaba rápido, necesitaba paciencia, y además me estaba meando. Me pilló la lluvia, me empapé y no encontré el río que buscaba, pero me di una de esas caminatas agradables que merecen la pena. En este pueblo hay pocas cosas que puedas hacer que no dependan de uno
mismo, con caminar, pensar, hablar con asnos, caballos y perros, ya tienes el día echado, demasiadas horas para perderlas, qué mal, realmente podría hacer infinitas cosas con tanto tiempo libre... ...como conseguir un terrenito e ir poniendo piedra por piedra hasta hacerme con una linda casa de madera, ...por dentro; un jardincito al lado lleno de florecillas raras y silvestres, con un agujerito en el suelo y una lápida preparada en la que ponga: “Smith, qué majete eras, mamón!”
2 comentarios:
siemrpre tan exquisito en tus paranoias,como dide la frase(desgraciadamente...no es mia)si no existieras...habria que inventarte.
...estaba falto de piropos!
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