15 enero 2017

el futuro

Y caminando me topé de nuevo con el tanatorio del pueblo, un lugar sencillamente desagradable en el que no me había planteado la posibilidad de acabar, incluso con unos cuantos años viviendo en la zona y habiéndolo visitado en más de una triste ocasión, lo veía demasiado ajeno, ni siquiera me lo planteaba, pero la realidad es más triste aún, porque mientras siga viviendo por aquí, existen muchas posibilidades de ser un futuro inquilino con una reserva de ciertas horas de algún día que no quiero asumir.


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