Hoy no está azul, ni rojo, ni violeta, morado o naranja, incluso verde, por supuesto ni amarillo, no hay mezclas, sólo mezcla el gris, hoy tocó así, muy gris, viscosamente gris, como una inmensa capa seminal cubriendo el entorno sin dejar ver, sólo intuir.
Un día como hoy te puedes perder en la montaña con tus propios colores, los más llamativos, aunque estando muy cerca no haga falta.
Si estuviera ciego sabría moverme, al menos por aquí, sorteando escalones, árboles, setos y demás obstáculos para poder mantenerme sin que ningún color, más que el negro, interfiriera y no depender de otra cosa que no fuera lo que llevo dentro, a veces muy claro, a veces muy oscuro.
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