28 agosto 2007

masajes

Paula, cuando era chiquitita me decía -"dame ajes papá"- se conformaba con varios en vez de pedir "mas".
He nacido en este mundo y necesito lo que todo el mundo que ha nacido en él. En estos momentos un buen masaje.
A algunas mujeres les cuesta bastante dar "ajes", quizá sea un rol impropio en ellas, pero si que acceden a las espinillas, puntos negros o cualquier otra imperfección en la piel rápidamente y sin pedírselo.
No van a la espalda por amor, quizás empiezan así después de una súplica, pero el asunto acababa con bisturí, algodón y alcohol de 96º. Reconozco que no me importó en muchas ocasiones.
Normalmente ellas no aguantan el más mínimo pellizco, sin embargo no les importa hincar más y más las uñas cada vez que los puntitos negros de los cojones se resisten, y aunque les digas que te duele no sirve de nada, ahí tienen totalmente asumida la confianza. Es tal el ansia y descontrol que serían capaces de llevar un rotulador para poner puntos negros donde no existen.

Que yo recuerde en cincuenta años y en una sola ocasión, una mujer "me obligó" a tumbarme y sentir sus manos a lo largo de mi cuerpo sin condición de tiempo, sin pedírselo, ...y sin ir al grano. Si ella lee esto sabrá quién es. Un saludo para ti desde este relato, y gracias de nuevo por aquel relax incondicional.

Esto va a sonar fatal, pero salvo esa rara vez siempre me he sentido ...como un saquito (para que suene más light) de mierda. Si, un tanto duro, sólo iban literalmente al grano.
Ahora cuando lo necesito me pongo bajo una fuerte cascada de agua y recibo los masajes sin sentirme en deuda. Ya me las ingeniaré para el invierno, los osos sabemos frotarnos bien en las paredes.He pensado en hacerme rico con esto, reinventar un "Madellman", quizás mejor un "Kent", tamaño natural claro, y llenarle de puntitos negros, regalárselo a las novias de turno para cuando les entren ese tipo de ganas. Para las más cochinas el muñeco plagado de puntitos blancos con pus y una bolsita para relleno.
Así pues, ...¡necesito un buen masaje!, que venga un ángel ...y me de un par de tortas por pedir y por tener ideas tan marranas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué alegría me da tu vuelta!, echaba de menos zambullirme en el mar revuelto de tus emociones. No, no soy masoca, en tí hay muchos cristales brillantes que dan destellos muy alegres y coloridos... aunque me temo que tú aún no lo sabes.
Será un placer acariciar tus espinillas incondicionales, en algún lugar donde aún exista calma, y el reloj se disponga a dormir la siesta.
Tu amiga del suroeste