14 septiembre 2007

"No sólo se escriben las cosas importantes"

Me hago un canuto y me voy. Mejor me hago dos y me olvido del resto de la tarde.
Tengo una libreta para plasmar pensamientos del momento y es difícil llevarla siempre encima, excepto cuando la añado a la bolsa de la toalla para ir a darme un baño. A veces una idea, "fantástica", no tiene donde caer y necesita un papel para atraparla, y es posible que tampoco importe demasiado ya que al menos y por segundos voló en la mente, con eso debería ser suficiente, pero tengo esa patológica forma de pensar, todas las cosas son importantes aunque no tengan ninguna importancia.
Ese ansia de plasmarlo todo, de guardarlo todo sin tener muy claro por qué, ya que la esencia con seguridad se evaporó, perpetuar algo que no deja de ser un lastre, un recuerdo para la asfixia rotunda y el dolor fácil. Arrastro una especie de síndrome de Diógenes mental, y cada vez que debo moverme tengo que alquilar un trailer porque no puedo con tanta mierda.

Tengo cariño a esta libreta y también cierta ansiedad por llenarla, dejar completado el regalo aunque el fraseo caiga suelto y sin nigún orden. En la última hoja lleva una dedicatoria escrita por la mano que confió en que la terapia me sirviera, y dice: “no sólo se escriben las cosas importantes”, frase que me incita a que no sean cosas importantes sino inteligentes.
Seguramente todo esto identifica claramente mi obsesiva personalidad, no por escribir, sino por guardar lo que pienso como si desvelara más los ya desvelados y misteriosos secretos de este, a su vez, crucigrama resuelto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las cosas que no son importantes o que parecen insignificantes nos pueden aportar tranquilidad y pueden ser cosas magicas y muy sensatas.Cuando llenes la libreta... pues ya te regalaran otra