23 octubre 2007

CADENA

Mis fantasías mis locuras mis miedos y mis etcéteras, mi poco o demasiado entusiasmo en ocasiones hace que confunda. El otro día cayó de nuevo en mi buzón cibernético una de esas presentaciones de inmenso amor para repartir y arreglarnos la vida con solo leerlo, comprenderlo y reenviarlo, y que por el morbo que provocan en un momento dado las crees dependiendo de lo aburrido que estés, las ojeas mientras oyes una música un tanto pastelosa de fondo acorde con unas imágenes monísimas que hacen de folio para envolverte en el supuesto mejor sitio de los que hayas estado a lo largo de tu tedioso día. Todo tan humano, tan trascendente y utópico que a veces entre tanto vacío les pones atención e incluso sigues su dictadura por temor a que no se cumpla lo prometido y en su defecto todo lo contrario. No es que no crea en lo que predican sino en el premio y en el castigo, nos tientan a la codicia y al miedo, impresionante, que el temor te haga hacer algo en lo que no crees es impresionante, que algo tan profundo y fraternal esté jugando con el miedo de cada cual …me parece fatal, chaval. Y de repente me dije, vamos a corroborar que todo es mentira, así que reenvié ese correo …y es verdad que es mentira, si, porque hice todo lo ordenado y me fue peor en los días siguientes. De hecho me dieron una noticia bastante desagradable y que no debería ni mencionar, a parte de otras menos dolorosas, como una multita en el parabrisas de mi coche …y sin música pastelosa de por medio ni nada. Aunque cualquiera sabe, quizás si hubiera roto la cadena y no hubiera hecho lo ordenado ahora estaría en el otro barrio, …pero lo que me prometía el Lama no llega. Pues aquí estamos experimentando continuamente, jugando con nuestras neuras por si acaso. Hemos evolucionado técnicamente pero no moralmente. Antes te metían en el buzón de casa diez céntimos pegados a una fotocopia guarrindonga que cada vez se leía peor, para que siguieras la cadena y si la rompías, jodido. Ahora es lo mismo pero sin tener que bajar a abrir el frío buzón metálico y los diez céntimos ya los has puesto con haber abierto el ordenador para reenviarlo a tus víctimas a las cuales les pondrás en el mismo impás para continuar con esa estúpida cadena que tienta a la debilidad moral de cada cual de la misma forma que otro descerebrado hiciera conmigo, aunque eso sí, de fotocopia guarrindoga nada, una presentación como es debido. Yo creí que lo suyo estaba en romper las cadenas, no? Tiene algún doble sentido, o una cadena es una cadena lo mires por donde lo mires? Lo importante es estar ocupado en cosas superfluas para dejar de hacer las que realmente interesan. Lo digo como si por esto hubiera dejado de hacer algo importante. …bueno si, perdonad, menuda cabeza que tengo…debo terminar el diseño que me han encargado para un nuevo fresco en la Capilla Sixtina… y yo aquí perdiendo el tiempo hablando de cosas de dioses precisamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Odio esos mails; su único objetivo es conseguir direcciones de correo electrónico para luego mandar spam, pero yo también los reenvio por temor .. de hecho el último me lo remitió una amiga común. Yo también hago promesa de pasar de ellos. A ver si lo consigo. Un beso