8:30 de la mañana, charco verde de El Hornillo. Primer eclipse de mora conocido. Me di unos de los baños más refrescantes que recuerdo en cincuenta y tres años. Dormí encima de las piedras y al despertar me encontré con un montón de gente desnuda a mí alrededor. Algo que no pasa en realidad, ya que tengo que perderme por los sitios más difíciles para que mi desnudez no moleste a nadie, fue como un sueño, abrir los ojos y tener la guitarra custodiada por gente del mismo corazón, compartir un concierto improvisado, un ensayo excepcional con un público natural entregado y en pelotas, increíble, de verdad.
(algún graciosillo marcó mi árbol muerto)
-disculpado por su estado-...el del graciosillo.