05 septiembre 2010

cosas de santos y de cantos

De crío, cuando venía a este pueblo de vacaciones, me contaron una historia referente al santo en cuestión, que, estando apoyado en esta piedra dejó la huella de su mano al sentarse a descansar, o al levantarse quizá. No se aprecia bien en la foto, pero yo he puesto los dedos en el mismo lugar y doy fe de que hay cinco hoyitos. Bien, por el lugar donde estas muescas se encuentran, la posición, profundidad y demás, estudios científicos han demostrado que el santo no se apoyó para descansar, realmente tuvo que realizar un gran esfuerzo para que la piedra cediera...estaba cagando.

1 comentario:

Gessekai dijo...

¡La ciencia ha hablado!

(y le creo, cagar requiere un esfuerzo descomunal y cualquier otra explicación no tendría sentido, si no es esta)