13 septiembre 2010

Arroz con crisantemos.

A la puerta de la iglesia, de algún entierro había caído un crisantemo al suelo. Él, era algo tímido, pero después de agacharse a recogerlo se atrevió a ofrecerlo, ella lo aceptó, y en unos meses celebraron la boda en aquella misma iglesia donde él le dio la flor. Puñados de arroz volaron sobre sus cabezas en un acto de originalidad emprendido por familiares y amigos. La plaza quedó solitaria minutos después, todos desaparecieron entre risas y alegría en busca del menú, dejando detrás una estela blanca sin haberla dado cocción previa y sin ningún otro condimento.
A la puerta de la iglesia, de alguna boda puñados de arroz había en el suelo. Agustín vivía al lado, llevaba toda la vida ahorrando y por fin pudo hacer su sueño realidad, comprarse aquella flamante moto, así pues, decidió hacer un largo viaje justo al pasar por delante de la iglesia donde acababa de celebrarse el evento.
A la puerta de la iglesia, en el entierro de Agustín, en lugar de arroz ahora había alguna flor en el suelo, era un sitio agradable si no estaba aparcado a la puerta ningún coche de muertos, las parejas al pasar, a veces cogían algún crisantemo…
...el arroz lo recogían demasiado tarde los barrenderos que enviaba el excelentísimo ayuntamiento.
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2 comentarios:

Gessekai dijo...

..eso y que las palomas que lo comen terminan muy mal!

es raro como lo que termina en felicidad para unos puede provocar desgracia en otros.

Que mundo tan loco

gsmithsolo dijo...

si, casi me mato!...pasé horas más tarde (andando) y, casi me mato otra vez!...