02 junio 2012

YOES

Una vez tuve la sensación, estando muy fumado, de verlo clarísimo, de que todo esto era un gran engranaje y al tiempo muy simple y del que no había que tener ningún temor, una única cosa, un único yo, inmensamente multiplicado, un sólo ojo para todo y de ahí todas las larvas yo creciendo y automatizando la especie de este virus tan remoto y tan raro que soy yo.

Cualquier cosa que pasa cada uno lo ve desde su yo, y se sigue siendo el mismo yo pase lo que pase e imposible verlo desde otro punto que no sea desde el yo.

Si todo es tan simple y único y a la vez tan multiplicado, cualquiera podría ser cualquiera y según se es, podría estar arriba siendo malo y cabrón, abajo protestando, a un lado indiferente, al otro malmetiendo y robando, en un extremo suplicando en el otro pasando o también reivindicando, en millones de puntos infinitos con infinitos significados, de la misma forma que somos y siempre siendo yo, dueños absolutos de cada situación o de cada cosa que nos pasa, y a todos nos pasa cualquier cosa, y la que no se asimila nos mata, la muerte y la vida o la vida y la muerte, como una lágrima se seca y otra brota y parece la misma, la de hace un rato, la de ayer y por las mismas cosas u otras tan parecidas, la misma lágrima, la misma sonrisa, el mismo desprecio, el mismo amor, el mismo dolor, el mismo ingenio, la misma situación, la misma sensación, la misma tristeza o alegría, el mismo gozo, el mismo horror.

Somos muchos yoes formando parte de ser tú porque somos yo.

Y así lo veo ahora, que no estoy ni mínimamente fumado, y en la parte de tu yo, a mí me ha tocado ser yo.


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