03 agosto 2014

LA MUERTE

La muerte, tanta muerte, sé que no debe ser dolorosa en sí misma, sino placentera, temo al transcurso, no al desenlace, el momento no será más que el trance de pasar a otra dimensión.

La naturaleza está obligada a mostrar crueldad, porque si la locura adictiva del sexo tiende a extender la raza, la muerte por lógica no se puede pintar grata, hay que resistir hasta que no se tenga nada que aportar, aunque acabes de nacer, o poco antes, porque aportar algo se aporta, aunque solo sea el mal trago a tus mediadores.

Incluso estamos diseñados para soportar ese largo y doloroso (en muchas ocasiones) transcurso, nos podemos adaptar a cualquier momento, tenemos esa capacidad, sufrir o no, y dentro de "sufrir", ser "feliz", la opción existe siempre. Si te mueres tú mismo/a, no pasa nada, sólo si es alguien a quién quieres, por puro egoísmo y por el erróneo sentido que tenemos del amor, quizá, aunque ese egoísmo nos haga evolucionar. Que piense así, no quiere decir que lo soporte.

Estoy divagando, simplemente, y todos los enigmas sobre esto están bien guardados con la muerte.

No hay comentarios: