La muerte, tanta muerte, sé que no debe ser dolorosa en sí misma, sino placentera, temo al transcurso, no al desenlace, el momento no será más que el trance de pasar a otra dimensión.
La naturaleza está obligada a mostrar crueldad, porque si la locura adictiva del sexo tiende a extender la raza, la muerte por lógica no se puede pintar grata, hay que resistir hasta que no se tenga nada que aportar, aunque acabes de nacer, o poco antes, porque aportar algo se aporta, aunque solo sea el mal trago a tus mediadores.
Incluso estamos diseñados para soportar ese largo y doloroso (en muchas ocasiones) transcurso, nos podemos adaptar a cualquier momento, tenemos esa capacidad, sufrir o no, y dentro de "sufrir", ser "feliz", la opción existe siempre. Si te mueres tú mismo/a, no pasa nada, sólo si es alguien a quién quieres, por puro egoísmo y por el erróneo sentido que tenemos del amor, quizá, aunque ese egoísmo nos haga evolucionar. Que piense así, no quiere decir que lo soporte.
Estoy divagando, simplemente, y todos los enigmas sobre esto están bien guardados con la muerte.
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