16 septiembre 2014

la lupa

Pues estaba (ayer, que todavía había sol) echando la culpa a algún bicho, sentí un fuerte picor y faltaron un par de segundos para salir humo en el lugar del supuesto picotazo, sólo fueron mis gafas y el sol, pero el escozor fue el mismo que si te clavan un aguijón.

Y al final da igual quién tuvo la culpa, da igual qué o quién cause algún tipo de dolor, si no existes nada duele.
Suelo sacarle punta a cualquier cosa que pasa a lo largo del día, pero reflexionar, es lo mejor, aunque siga doliendo.

Yo, aquí, diciendo como hay que hacer...

No hay comentarios: