08 octubre 2016

Batibúrrios

Mañana es el cumpleaños de John Lennon, setenta y seis creo que haría, también hará en diciembre un montón de años que le asesinaron, creo que treinta y seis, da igual el tiempo, fue un sentimiento terrible, formaba parte de mi vida y le admiraba.
Después fui creciendo y siempre tuve una tristeza para él, pero ya no le escucho o en muy raras ocasiones, está en el recuerdo, fui madurando quizá, desde lejos se quedó en otra anécdota de mi vida, hizo cosas buenas, tiene buenos discos, pero ya no es lo mismo, las cosas van cambiando sin enterarse y de la noche a la mañana es cuando pasa.
Me siguen diciendo más los Beatles, por separado tienen alguna obra maestra pero lo de ellos juntos era pura magia, lo sigue siendo, seguro que por la magia.
Y mientras pensaba en esto estaba caminando desnudo alrededor de la piscina, pues sigue haciendo bueno, sí, tengo piscina, sé que soy un ser privilegiado, di un montón de vueltas paseando, sintiéndome y juzgándome, sabiendo que me han llamado de todo y se han imaginado de todo, a lo mejor con razón, pero no me han conocido bien, soy raro, muy raro, sabiéndome también que no soy más que quién soy y me expongo, tengo mis miedos, muchos, pero el mayor de ellos me le tengo a mi mismo, la muerte que acecha tanto me da un miedo distinto.

Y seguí dando vueltas y me paré en las raíces de una planta olvidada, abonada con sangre, estaba encima de uno de los bancos, la dejé ahí a propósito para que se fuera secando después de haber cortado las ramas con esa flor que da el cannabis, sí, tengo dos o tres bancos, sé que soy un ser privilegiado, recordaba más cosas, momentos en ese lugar, conversaciones en especial y tuve miedo y mucho deseo, y después otros deseos pues soy muy perverso, tengo en el corazón un millón de emociones incontroladas.


Y seguí caminando y entre el sol y el caminar mirando hacia abajo decidí echarme al agua, imaginándome antes de tirarme lo que iba a sentir en la piel y después en el resto del cuerpo y más allá sentirme flotar y olvidarme del cuerpo y también de la piel, y quise escuchar al Señor Lennon y a los otros también y a otros más que nada tienen que ver, pero había quitado ya los altavoces del porche, guardados en la casa en la que me escondo, sí, tengo un porche y una casa en la que me escondo, sé que soy un ser privilegiado, así que simplemente puse la música en mi cabeza y no tuve que andar molestándome en montar todo los batibúrrios de nuevo, lo de "batibúrrios" se me acaba de ocurrir, no sé si ya existe.


Fue sencillo escuchar cualquier tema sin tecnologías de por medio, así que desde un rincón del jardín, sí, tengo un jardín, sé que soy un ser privilegiado, ya digo, me paré a pensar en ese frío que iba a sentir asimilándolo de antemano, pero también sentirme flotar y eché a correr dando dos o tres zancadas, pues no es tan grande el jardín aún siendo así de privilegiado, y me lancé al agua, era como pensé y lo controlé y ya estaba flotando, por debajo, volando, abriéndome paso en el aire aunque este sea mucho más denso y salí por el otro lado, sí exactamente así.
     Y desde el otro rincón del jardín por donde salí hice lo mismo, relajarme, pensar, dar esas zancadas y de nuevo dispuesto a sentir lo mismo, interminablemente lo mismo, privilegiadamente lo mismo, lo mejor, lo más grande, sentirse a sí mismo, aunque cobarde, aunque temeroso, aunque solo, después de otras tres o cuatro veces más me di el placer de una ducha caliente, sí, tengo una ducha caliente, ...sé, ...que, ...soy, ...un, ...ser, ...privilegiado, ...y me sequé y pensé y me vestí y decidí subirme aquí a escribir, porque tengo muchos privilegios, aunque pienso mucho en la muerte, pero nadie se acaba de ir si dejaron algo en algún corazón, esa es la eternidad, con un solo humano que te lleve dentro casi basta, aunque otros sean más eternos.
Sí, lo quiero todo...y soy un ser privilegiado, también tengo un gato, me necesita para lo que me necesita, pero se tiene a sí mismo.
Amor, en general.



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