18 marzo 2007

Masturbulencias o cosas mentales.

Estar pegado al teclado a estas horas de la mañana otro sábado más, no es más que un remedio a tanta ansiedad inasumible. Es el único sitio que elegiría después de lo que he tenido para elegir. Sé lo que digo y cualquiera también lo sabe, es fácil.

Ya estuve en el otro lado, y espero volver a estarlo, pero no lo he sabido conservar o no creí que mereciera la pena, el pagar un precio tan alto por lo que otros no pagan nada me llena de ira, con lo cual deduzco que tengo lo que quiero, porque lo que quisiera no depende de mí. Tiene sus pros y sus contras, tan sencillos como que no es preciso exponerlos.

Necesitamos el sexo, en mayor o menor cuantía, pero lo necesitamos, y al menos tenemos ese gran poder de satisfacernos sin depender de nadie para ello. Lo que pienso es que hay que tratarlo como si realmente hubiera esa compañía, porque en definitiva lo que hacemos es compartir nuestras propias sensaciones, y esas las tenemos tanto solos como acompañados. Ya sé que se ocurren otras cosas en compañía, pero también hay otras que son tabúes o malentendidas, tales como los juegos o fantasías, y si con tu pareja de ese momento no eres capaz de mantener tal lenguaje de confianza, es mejor jugar a solas.

La cuestión es preparar el rito de la misma forma, todo depende de lo que se quiera disfrutar o de la importancia que ocupe tal momento, quizás necesites estar a otras cosas después o quizás ese sea el fin en la noche para dormir más o menos tranquilo/a. Si lo que pretendes es acabar cuanto antes para poder ocuparte en otros asuntos, con cinco minutos basta, tú controlas, tú sabes como hacerlo, nadie te conoce mejor. Si por el contrario deseas tener una noche “inolvidable”, haz lo mismo que si estuvieras en compañía, prepárate un poco, ponte una copita, música, fúmate algo si fumas algo, empieza a acompañarte y piensa, que para eso estamos, para pensar un poco …más. La verdad es que puede ser tan deprimente como prepararte una cena a solas con velitas y demás.

Sea como sea, hay que tratarlo con cierta alegría para no tener que echar de menos a nadie. Después de todo somos perfectos, tanto como nuestro diseño, lo que pasa es que no lo sabemos utilizar por no creer del todo en nosotros mismos con un mínimo de razonamiento.

Me voy a poner una copa.

No hay comentarios: