20 marzo 2007

TOTALSUMISION

La mendicidad se manifiesta de mil maneras. Si se está falto de alguna vitamina anímica y dependiendo del carácter de cada cual, se puede ser capaz del arrastramiento hasta el punto de perder la dignidad y "mendigar". La ley de la oferta y la demanda no existe sin una de las dos, hay casos que sólo es demanda, que lo llamo así pero es sumisión, porque se demanda lo que no se ofrece, y me parece más digno llamarlo "demanda" aún siendo consciente de tal falta de dignidad. El que "demanda", al mismo tiempo también "ofrece", pero siempre cae en saco roto, es una pérdida de energía total que demuestra lo indigno del asunto. Lo peor de todo es ser consciente de ello y entonces roza también los limites conscientes del masoquismo. La total sumisión, deja en manos de la crueldad la cantidad de dolor que se puede sentir para conformar al masoquista, encima es un favor que le hacen para que siga disfrutando de ello, y dependiendo de ese nivel uno se arrastra más o menos, ...más feliz cuanto más se arrastra, claro. Lógicamente "el sujeto" siempre se queda prendido de las fuerzas más crueles que existan en el momento. Esta forma de humillación hace que los que realmente desean eso que tú puedes ofrecer y echas en saco roto continuamente, sea al mismo tiempo indigno para ellos por el poco valor que se les da. Esas fuerzas y energías que genera tal machaque continuo pueden ser motor indiscutible de una explosión hacia muchas cosas, además de hacia adentro para generar más energía y al mismo tiempo más explosión, etc, etc, etc, si eres inofensivo y algo creativo, todo irá bien y se quedará en ironías, sarcasmos, chistes malos, cancioncitas y algún cuadro, pero si eres agresivo, maluto y picajoso, ...mm, un psicópata, se puede liar. Y es que podemos ser conscientes o hacernos los locos, pero lo que somos lo somos siempre "listos" o "tontos", y lo único que podemos cambiar es la intensidad de consciencia que utilizamos para ello, el autocontrol, pero los genes son los genes y algunos ponemos empeño precisamente por conscientes y al final nos sigue doliendo todo igual, con la misma intensidad. Luego, estos individuos se manifiestan extraña y sorprendentemente con su entorno habitual, como tienen que descargar tanto peso que llevan encima y se tienen que sentir tan queridos y deseados continuamente, hacen piruetas y saltos mortales donde no es preciso, donde seguramente ya se les quiere sin pirueta ni salto mortal. En todo esto debe haber algún truco, porque yo en particular no me creo tan tonto ni tan masoca como para seguir dale que te pego sin un fin más o menos ...digno. Desde luego pintas de sentarme en la acera y mendigar, tengo.

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