Otra vez con su blanca palidez!

Están los almendros totalmente florecidos por muchos lugares. Lo de la primavera y lo de que la sangre altera tiene una explicación lógica. Seguramente porque riegan con sangre, no sabemos si humana, infrahumana, o directamente deshumanizada, pero con sangre. Ese rosáceo de algunas flores es mosqueante. Y se me hace difícil pensar con este soniquete mañanero, el de la musiquilla que pone ...este, el compañero. No puedo, no es fácil soltar paridas sin total concentración, sin un poquito de silencio y él me lo pone muy pero que muy difícil, no tengo la confianza suficiente, ...ni siquiera confianza, para levantarme, apagar el aparato y soltarle un guantazo, ...sangriento, porque aseguro que yo si que estoy regado con sangre y florezco, pero como buen árbol educado de aquí no me muevo para meterme en trifulcas. Jamás por la fuerza y hablarle no puedo. Y quiera que no, voy sintiendo la primavera y ganas de desfogarme, saltar y brincar, ...o sea, de levantarme y soltarle un mamporro, dejarle el careto a este con su blanca palidez, después de haberle abofeteado e impregnado de mi sangre alterada, típica de esta primavera recién estrenada. Jamás por la fuerza pero con ganas me quedo. Las chicas monísimas, ya con menos ropa, pasean por delante del banco a lo largo de la mañana y cuando uno sale no sabe donde se meten el resto del día. Las calles vacías pero al menos y por fin, el silencio. Uno aguanta porque intenta congelar la sangre y no coagularla, pero voy bien alterado por dentro. Benditos silencios a veces, siempre malditas distancias. Y mañana más.