Y continúan los detalles, los mensajes subliminales por parte del entorno en el
que ando vivo... y querría escaparme sin duda. No volví a escuchar un arpa de boca desde donde me quedé bien colgado, ahora
una canción emotiva elegida porque sí, y la que me comprometí a versionar con
tiempo, -Don Leonardo es mucho-, aparece constantemente de fondo una guimbarda
que no me permite olvidar mientras lo intento, ahí está y debo llevar ese peso,
pues a quién se lo prometí, se merece esa canción y mucho más que eso. El horizonte, la línea divisoria que une lo imposible, como el mar y el
cielo, tan alejados, y se les ve siempre juntos, no se
para uno a pensar cuál de los dos tiene más experiencia, ni más años...complicado está siendo separarlos.
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