19 mayo 2012

19.MAYO.2037

Uno escribía cartas, y terminaba por no enviarlas, unas veces por sentirse olvidado o por demasiada rabia, otras por dejar de molestar y no recibir una respuesta indiferente y cruel.

Me aferraba a las propuestas, a cosas que se quedaron en el tintero y ahora creaban ansiedad al no clicar y enviar. Cartas reclamando los ofrecimientos de un pasado entonces no tan lejano, aunque sabía en ese mismo instante que no se iban a realizar por estar muy acostumbrado a la mentira, cosas que yo me tomaba muy en serio y ahora forman parte de la absoluta nada. A eso se le llaman ilusiones, y estas se las crea cada cual dependiendo del amor.

Se confirma una especie de evolución individual, saltar de acá para allá pisando corazones o piedras dando igual, cada uno mira por sí mismo y yo continué poco a poco con mi corazón expuesto y el recuerdo estancado en un loop loco y cansino.

Por eso no le envié aquella última carta, aquella gerardez, volcándome en sus propuestas y en las mías con furgo incluida, para cuando fuera libre y saliera de aquel zulo, en su boca me parecieron promesas por mi alto grado de ingenuidad, hace ya tantos años, que no creo que hubiera cambiado el futuro estando la decisión tomada tiempo atrás, yo hubiera quedado más por debajo de las piedras aún.

Y no es que no lo esté, pero todavía me queda aquel mal sabor, pues también me da por pensar lo contrario, si aquello hubiera cambiado el futuro, si era el punto donde salían dos caminos realmente y no sólo uno, este, el que elegí por dejar de molestar.

Así pues, no llegué a explotar la creatividad, quizá la disfruté en momentos, pero no dejó de ser frustrante, no recibir los detalles que esperaba, como cuando echas un currículo y te dicen que ya te llamarán. Algunos dicen y dicen principalmente para quitarse el muerto de encima.

Con ochenta añazos ya, no sé si me arrepiento o estoy contento por haber sobrevivido a mis continuos altibajos cósmicos. Procuré viajar, y vivir siguió mereciendo la pena. Aquel amor se extinguió por completo, jamás supe más, como tantos otros que parecen eternos en el momento, eso identifica muy bien lo que es la eternidad, y de la misma forma que aparecieron se fueron, no sin dejar en alguna parte del cerebro un chip atrofiado que se activa por sí solo y no hay informático que se atreva a meter mano, te hablan de cambiar todas las piezas, que nunca se sabe de dónde viene el problema en realidad.

No sé si alguna vez llegué a tener ochenta humanos años, o fui hasta el desguace simplemente un robot deteriorado.

.

5 comentarios:

morgana dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=2ornnAaYF9k&feature=related

morgana dijo...

19.mayo.2037...

gsmithsolo dijo...

Cada vez es más fácil adelantarse al tiempo. Se le ve venir.

Anónimo dijo...

ME HA ENCANTADO. TE ADORO

gsmithsolo dijo...

...seré adorable!